Un día como otro cualquiera, era el cumple de una niña. Pero no una niña cualquiera, era una niña que se sentía como nadie en el mundo, era soñadora y luchadora, vivía en una casa preciosa que estaba al lado de un bosque frondoso donde ella pasaba las tardes con su perrito. También le encantaba columpiarse en un columpio que le hizo su padre en el bosque con la intención de que disfrutara aún más de estar en su bosque favorito.
La niña tenía 7 años era blanquita, de pelo rizado castaño y ojos verdes. Se asemejaba mucho a una muñeca. Aquel día, el día de su cumple, sus padres le regalaron un vestido de tul blanco precioso. Además su madre le hizo unas galletas de chocolate que le encantaban, eran sus favoritas. Los padres sabían que iba a irse enseguida al bosque. Mas no iban equivocados, la niña se vistió en su vestido de tul, cogió unas cuantas galletitas y se fue con su perrito al columpio del bosque.
En ese bosque ella se sentía muy a gusto, ella misma pensaba que podría vivir en él. Siempre se imaginaba que tenía una casa en el interior de un árbol y que podía hablar con los animalitos. Creía estar en un bosque mágico. Y eso a ella le encantaba.
Un día después de haber pasado una tarde en el bosque fue a casa para cenar. Se quedó sorprendida. Su casa no estaba. Probó otra dirección, pero no la encontraba. Ya era de noche, la niña estaba asustada entonces, se puso a llorar. El perrito la seguía y se puso a sus pies para que no pasara frío. La niña decidió tranquilizarse y se puso a dormir en la hierba acurrucada a su perrito.
A la mañana siguiente la niña estaba perdida, no estaba ni su casa, ni su columpio, ni su perrito. Estaba sola. Intento buscar su columpio una y otra vez. Al final lo encontró pero las cadenas se cayeron. Aun así se alegró, sabía que lo podía arreglar. Un trozo de una de las cadenas se rompió pero la niña lo ató de manera que quedara más o menos como antes. Consiguió que el columpio colgase y que ella se pudiera balancear.
Seguidamente, no tardó en subirse para poderse imaginar su mundo fantástico. Pero algo no iba… La niña no podía imaginarse su mundo, estaba triste, no sabía qué hacer. Otra vez caía la noche y no tenía ni casa, ni padres, ni perrito y además su columpio no funcionaba.
Se columpiaba sin entusiasmo, no podía hacer otra cosa que llorar. Lo único que le quedaba era su vestido de tul que así sin más en vez de blanco se volvió negro…
Wo! :( Pobre.. me ha gustado mucho lo del vestido! ^_^
ResponderEliminarBesitos!!
Creéme, todo tiene un significado.
ResponderEliminarY gracias.
ResponderEliminarBesos